Esta mañana, como todos los días, un
pequeño grupo de amigos hemos tomado café, costumbre muy saludable
que despeja la mente y la prepara para la jornada, además, siempre
te enteras de alguna novedad en el cotidiano devenir de la vida.
La curiosidad de la mañana ha sido que
no había nada que destacar en la vida caspolina, o cuando menos no
teníamos información de que hubiera algo relevante, vamos que se
presentaba un día normal, sin sobresaltos.
El único comentario que se ha
suscitado es el de los datos del paro, veíamos en la TV, las caras
de satisfacción del gobierno, ¡casi cien mil nuevos contratos!, la
cara de escepticismo de la oposición, ¡bueno, bueno, sin exagerar
que en mayo siempre sube el empleo, ya veremos en otoño!, decía la
oposición, matizando que estaban no obstante contentos de la subida
de empleo.
Consecuencia, ¡con que poco se
conforman!, estamos próximos a los seis millones de parados, con
salarios casi del tercer mundo, con recortes que van a hacer subir el
precio de las tijeras.
Y el café nos ha sentado de maravilla,
nos hemos ido cada mochuelo a su nido con la satisfacción de saber
que al menos casi cien mil personas van a disfrutar de recursos
económicos como poco un mes, que ya es conformarse con poco.
Más tarde leemos que los aguafiestas
de siempre, dicen que no bajemos la guardia, que no es una tendencia
que cuidado, y aquella frase de “!hace un día maravilloso, seguro
que viene alguien y lo jode”, se ha hecho realidad, y mira que nos
conformamos, mejor los que deciden, se conforman con poco, ¡no les
amarguemos el día!, ¡pobrecillos!, vamos a dejarles disfrutar de un
día de gloria, que llevaban muchos meses abatidos por la realidad de
las cuentas del paro.
Y mañana será otro día, nos
tomaremos nuestro café, comentaremos las incidencias del día,
leeremos la prensa, y cada uno a sus obligaciones, si las tiene.
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