miércoles, 7 de noviembre de 2012

Y HOY UNA DE PRÍNCIPES


Ya ha pasado, 7 de noviembre, son las ocho de la tarde, seguramente los príncipes de Asturias ya estarán en su casa, es hasta posible que ya ni se acuerden de esta jornada que para ellos no es sino otra de trabajo, y seguramente igual a cualquier visita de las que realizan por la geografía española.

Han pasado un par de horas en esta ciudad que nuevamente ha salido a la calle, de la misma forma que lo hicieron el 21 de octubre de 1993, cuando se recibió la Regia visita.

Hay alguna diferencia con la de 1993, ha sido más cercana, hay que reconocerlo, y más larga, los reyes apenas superaron los cincuenta minutos, hoy casi dos horas, y sobre todo me ha dado la sensación de más cercanía, aún con las vallas por delante, se han acercado a saludar a multitud de personas que llenaban la calle Mayor y la Plaza Compromiso, se han parado y han saludado no solo dando la mano sino con alguna palabra.

Que no tenían la prisa de 1993 ha quedado patente en el baile del Bolero, “sus majestades” vieron la versión reducida, apenas un minuto, esto requirió mucha destreza por parte de cantadores tocadores y bailadores, fue endemoniadamente rápido, no había tiempo para más.

“Sus altezas”, disponían de más tiempo y las rondallas se han tomado el tiempo necesario para interpretar el Bolero a su ritmo y en su tiempo, algo hemos ganado.

En cuanto a la decoración, lavado de cara, pintado y alicatado de Caspe, también hemos ganado, tal cual estaba, sin trampa ni cartón, con sus baches de diario, eso si las calles limpias como los chorros del oro, las que iban a circular y pisar, las otras como siempre.

En 1993, apenas un par de docenas de ciudadanos estuvieron en el salón de actos en la recepción, hoy 180 invitados en la Colegiata.

El párroco de entonces, Jesús A. Barberán, se vistió de corto, con chaqueta y alzacuello, el de hoy Sergio Alentorán lucía, galas, de sotana hasta los pies.

Tanto el príncipe como la princesa se han fotografíado con todo aquél que se lo ha pedido.

El tiempo ha sido benévolo, pintaba lluvia, no ha llegado, en 1993 sopló cierzo y vaya si lo hizo, además los discursos fueron el el Pórtico, y el cierzo dificultó la lectura, los papeles se movían demasiado, a excepción de José Marco, presidente a la sazón, gracias a una moción de censura, a Marco no se le canteó ni un papel, los llevaba plastificados en duro, y la gomina cumplió su cometido, conservar el peinado.

Los reyes inauguraron plaza, los príncipes castillo.

Han visitado el Hospital de Santo Domingo y el Ayuntamiento, han salido al balcón y han solicitado saludar a las rondallas, parece que les ha gustado el Bolero, y las rondallas han tocado cantado y bailado como una sola, hacía más de 20 años que no sucedía, igual de esta sale un compromiso y se unen.

Ya se ha acabado, el 7 de octubre ya es historia.

Ahora solo hace falta hacer el recuento de cuantos republicanos, auténticos y conversos, han salido a la calle para ver a la representación de la Corona Real Española, a cuantos han saludado y dado la mano, será interesante escuchar las excusas, las de siempre, pasaba por ahí, él es quien me ha ofrecido la mano, había que estar en primera fila para ello, , en fin, lo de siempre.

Y los monárquicos que no se lavarán la mano en una semana.

En la calle se oía, ¡qué guapa es la princesa, qué alto el príncipe!, la gente lucía galas de fiesta, zapatos limpios y seguro que muda nueva.


Caspe estará presente mañana en los periódicos, esta tarde ha sido protagonista en TV, saldrá en informativos, pasado mañana ya casi nadie se acordará y nos volveremos a quejar de lo sucio que es el pavimento de la calle mayor, de lo sucias que están las calles, de los políticos que se llenan los bolsillos, de los recortes, el día a día de Caspe que hoy ha tenido una tregua con la visita de la Casa Real en las personas de los Príncipes de Asturias

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