martes, 30 de abril de 2013

AQUELLOS AÑOS EN LOS QUE LOS RIOS LLEVABAN AGUA, Y LOS SINDICATOS PROTEGÍAN AL OBRERO


Esta mañana parece que la lluvia ha dado un respiro, tras 48 horas ininterrumpidas, yo no recordaba tantas horas seguidas, el sol ha hecho aparición tímidamente, las predicciones eran más lluvia por la tarde, pero la mañana parecía decir otra cosa, y como en Caspe la meteorología siempre, o casi siempre acierta cuando dice “otra cosa”, las gentes salieron a la calle con el ánimo de hacer sus compras de cara a la comida y bebida en el Mas de la Punta.
La tarde nos reservaba otros planes, sobre las cinco y media, cuando ya algunos estaban en faena buscando donde acampar, las nubes procedentes del mediterráneo han dictado sentencia.
No se si se habrá suspendido la verbena, caso de no hacerse poco o ningún éxito puede tener con semejante “mojadina” humedad y frío, no debería ser más que una anécdota, en Andalucía no han podido sacar a sus santos en procesión en Semana Santa y no ha supuesto sino unas cuantas, muchas, lágrimas de los fieles.
Así pues los adictos al 1º de mayo a llorar un poco, buscar alternativas y en todo caso recobrar el espíritu de la fiesta del trabajo, no la de San José obrero, la de la reivindicación obrera, que hoy hay mucho por reivindicar, entre otras cosas, TRABAJO.
Porque lo de las tablas de gimnasia me temo que no va a dar tiempo.
Hubo un tiempo, a finales de los sesenta del siglo XX, en el que estudiantes y trabajadores se unían en una jornada reivindicativa en Zaragoza, en los pueblos nadie se atrevía, frente a la sede de los entonces Sindicatos Verticales, en el entonces Paseo Marina Moreno, hacia el mediodía se concentraba la gente, más o menos, una línea interminable de uniformes grises con porras de más de un metro se apostaban para dar caza y palos a quienes osaban reivindicar algo.
Fueron aquellos, años de carreras, huelgas estudiantiles apoyadas por los trabajadores, de reuniones clandestinas, de contar muy bien no fueras a sobrepasar el número de cinco, que era el mínimo para considerarse reunión clandestina, años de correr mucho y estudiar poco, no había tiempo, había una revolución pendiente, años de rebeldía, recuerdo un compañero que por fin fue detenido, en un bar de Zaragoza, lo feliz que fue, tuvo sus días de gloria.
Así pasaban los días del 1º de mayo entre 1968 y 1971, que son los que recuerdo.
Con la Nueva Democracia, la compra de los sindicatos, el: "España Va Bien", la burbuja inmobiliaria, “los chorizos”, los estafadores, los banqueros de jubilaciones millonarias, el estado de bienestar, los apartamentos en la playa para todos, la educación y sanidad universal, las becas y otras cosas, lo de la reivindicación pasó a mejor vida, apenas cuatro nostálgicos melenudos en 1968 y peinando canas o ni eso actualmente.
Hoy no queda nada de aquél espíritu combativo, reivindicativo, son otros intereses, normalmente los propios los que sacan a la calle.
También es verdad que bastantes de aquellos, hoy están al otro lado, tras los uniformes y porras protectoras.

No hay comentarios: