LA PRIMAVERA HA VENIDO Y NADIE SABE COMO HA SIDO

Hace unos días, tal vez por la Semana Santa, que los rumores y comentarios se han relentizado,  no por estar al relente, sino por aquello de las vacaciones de primavera, que al final es lo que son.

Una semana de relax en la que no ha habido otro sobresalto que el de los aguaceros que "aguaron", o estuvieron a punto de hacerlo, algunas procesiones, especialmente la del viernes, esa en la que todos quieren salir aunque no hayan asistido a los ensayos de la banda o no hayan realizado la correspondiente puesta a punto para aguantar el peso del santo.

Todo finalizó con el lunes de Pascua, festivo en Caspe, tratando de rememorar aquella romería a la ermita de San Bartolomé a orillas de las huertas de Cauvaca, cuando todo el pueblo, en armonía, desfilaba por la palanca para llegar con las cestas de mimbre cargadas  de viandas a la ermita, allí el rezo correspondiente y a las alamedas a dar buena cuenta de lo que contenían las cestas, también a presenciar el cruce del río a nado a cargo de algún intrépido aventurero, ese día era el héroe, creo que acabó ahogándose, no estoy seguro de ello.

Hoy las cosas son diferentes, como mucho la familia o los amigos, diseminados por las huertas caspolinas se celebra, sin rezos ni caminata, un día festivo que cae en lunes y no está nada mal, se perdió la concentración, la vecindad, y tantas cosas, el agua del Ebro inundó aquellas huertas y aquellas ermitas, cada uno “a su aire”.

Ya solo queda la concentración, la “romería laica” del 1º de mayo, y hasta esa el año pasado fue una sombra de años anteriores, la gente no está para muchos abrazos colectivos, cada cual responde a la situación actual como puede, y parece que colectivamente no.

Me queda la curiosidad de cómo y quien organizará este año es romería laica, el Ayuntamiento o los sindicatos, o simplemente se irá por costumbre, sin más.

Es una curiosidad la que tengo para ese día, se volverá a celebrar a base de huevos fritos y longaniza, o será reivindicativa como nunca lo ha sido, o tal vez se reivindique tras la ingesta del huevo frito con embutido, que cada uno elija a su gusto, la duda es ante quien se van a manifestar, si el Ayuntamiento está cerrado, no hay delegación de hacienda ni de la DGA, los comercios tampoco abren, ni los bares, ¿quien queda para que reciba la manifestación?, ¡es que somos raros hasta para eso!, aunque bien mirado se podría decir que toda la población se manifestó marchándose de Caspe.

Hasta ese día aún tendremos que pasar San Jorge, patrón de Aragón, santo que fue ejecutado varias veces hasta ser descuartizado, eso dicen, día que en Caspe a excepción de unos años, no se ha celebrado con demasiado entusiasmo, ni siquiera con entusiasmo, tan solo los años en los que Pilar Bondía se empeñó en dar realce a la fiesta y casi lo consigue, le faltaron unos años más.
 Aquellos tapices florales, incluso cuando desempolvó el ajedrez viviente, o aquél año de 1996 en el que se celebró el sesenta aniversario del Estatuto de Caspe, CHA fletó un tren especial, el cine Goya, antiguo, se abarrotó, Labordeta puso su voz y sus canciones, las banderas hondearon por las calles de Caspe, y como ya sucediera en 1976, los caspolinos apenas una docena.

Una jornada reivindicativa la de 1996, un San Jorge que nunca se repitió, una jornada de la que seguramente hoy casi nadie se acuerde.

Estábamos en que parece que ha habido una tregua durante esta Semana Santa, ahora se avecinan días de sobresaltos, el PGOU, algún día se dirá en que fase está, el presupuesto municipal, del que nada se sabe. La revisión catastral del IBI, las casetas, la Herradura, el Hotel Latorre, vamos una primavera repleta de actividad ciudadana, o “sobresalto caspolino”, que de toda habrá como en botica.

Esperaremos con impaciencia como se resuelven esos temas que eran tan urgentes y que el anterior gobierno “no supo” arreglar, presupuesto municipal, ordenanzas fiscales, arreglo de calles, PGOU, deuda con proveedores, ineficacia de los trabajadores municipales, desorganización en el Ayuntamiento paralización y por no “saber” ni siquiera la enfermedad del anterior alcalde.

Ahora estamos en “buenas manos” y todo se arreglará ¡YA!, hay quien hasta ha dado plazo 45 días, y ahora ya no se podrá preguntar ¿cómo ha podido funcionar esto hasta ahora?, es de pensar que ya lo sabrá.

¡Venga, manos a la obra!, y punta a los lapiceros.