Una vez más, podemos estar a
punto de fastidiarla, por no decir otra cosa, en esta ocasión hablaremos del
Castillo del Compromiso, o fortaleza, mejor dicho, ruina, signo evidente de la
despreocupación y desidia durante décadas, desde que el guerrillero carlista,
conocido como el “Cura de Flix” se empeñó en hacer del castillo una auténtica ruina, y puso empeño el
“puñetero”.
En
alguna ocasión, por los años sesenta, en plena fiebre de construcción de
paradores nacionales, parece que hubo algún intento, al menos se valoró, de
convertir el castillo en un parador o mejor hospedería.
No
cuajó la cosa, por aquello de la propiedad, una buena excusa para no hacer
nada, y siguió el deterioro, la ruina avanzó hasta el estado de hace unos pocos
años cuando se iniciaron unas tímidas actuaciones, el desplome de el muro que
mira hacia la Porteta fue una suerte.
Más
tarde se actuó en las bodegas, consolidando y evitando lo que podría haber sido
la ruina total, y se colocó un tejado que al menos impidió que las humedades fueran
minando los escasos restos del edificio en ruina.
En
la celebración del 75º aniversario del Colegio Compromiso, la entonces
consejera de cultura, Eva Almunia, anunciaba, en voz baja, muy baja, que pronto
vendría el director general de patrimonio para dar una buena noticia, todavía
estamos esperando la noticia.
Más tarde,
Antonio Mostalac, director general de patrimonio y cofrade de la Veracruz, un
cinco de enero, cuando Manuel Bonastre era concejal de patrimonio, adelantó los
regalos de Reyes, y en una fría mañana, junto al concejal de cultura Félix
Cortés y la alcaldesa Teresa Francín, rindieron visita al castillo, no llegaron
a entrar, desde la puerta el director general dijo de nuevo que ya era cuestión
de poco tiempo, era 2005, yo estaba allí, cubriendo la información, recuerdo
que le dije a Teresa Francín: “Alcaldesa, los reyes se han adelantado unas
horas, si es verdad lo que dice el director, este será un buen año para el
patrimonio de Caspe”, comentario dejándome llevar por la euforia que transmitió
Antonio Mostalac.
Nada de nada, no vimos absolutamente
nada de lo prometido o anunciado, si acaso algunas actuaciones de urgencia
relatadas unos párrafos más arriba.
“Y
en esto llegó Vicente….”, Jaime Vicente, director general, de nefasto
recuerdo para Caspe, fue rebajando el presupuesto de actuación, modificando el
proyecto, expulsando a los redactores del plan de actuación Soro y Benedicto,
dando largas al inicio de las obras.
Y llegó abril de 2011, Vicente vino
a Caspe, se reunió con asociaciones y la prensa y aseguró que antes del 22 de
mayo, se iniciarían las obras, otra mentira, no fue hasta horas antes de entrar
el nuevo gobierno cuando se reservó la cantidad de 1.600.000 euros para hacer
una restauración que a nadie gusta.
Las obras
están adjudicadas, a la empresa TRAGSA, hoy mismo había movimiento, ya hay
director de obra, ya está el acta de replanteo y parece que esta semana se van
a iniciar las esperadas obras.
Y volviendo a
la primera estrofa de la Vieja Trova. “Y en
eso llegó “APUDEPA” y mandó parar”.
Desde
Zaragoza, una vez más la van a liar, lo malo es que hay eco en Caspe, siempre
hay algún eco, alguien ó “Alguienes” que están dispuestos a que se paralicen
las obras, aunque para la celebración del Vª Centenario del Compromiso no haya
nada de nada y todo siga en ruinas.
Si ya el
tiempo es ajustado, casi imposible, solo faltan iluminaciones, hablando de
iluminaciones, el castillo siguiendo ese criterio deberá iluminarse a base de
antorchas, y nada de ascensores, escaleras estrechas e incómodas, ventanas que
cerradas no podrán parar la fuerza de nuestro cierzo, calefacción a base de
leña de olivo y romero y refrigeración abanicándose con hojas de higuera.
El proyecto no
gusta, a mi el primero, se ha escatimado mucho, se ha dejado en su mínima
expresión, pero……, al menos tendremos un edificio saneado, limpio, utilizable,
algo que enseñar, unç espacio en el que se podrán por ejemplo realizar los
consejos comarcales, en vez de ir peregrinando por espacios inadecuados, en fin
que tendremos algo, más tarde, se podrá pensar en ir paso a paso recuperando
más espacio, pero de momento algo quedará.
A no ser que
se de tanto la lata, que hagamos un favor a otros edificio, por la amplia
geografía aragonesa, que a buen seguro, apoyarían la propuesta de paralización,
de esta forma se podría desviar el 1,6 millones de euros para otros que no sean
tan puristas.
Y todavía no
he visto ese clamor popular, asociativo e institucional que algunos dicen que
existe.
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