Andaba un día por esas tierras de Dios, en la lejanía me pareció ver movimiento, cómo si se estuvieran peleando, me acerqué con sigilo, esta era la escena, no me paré a preguntar el motivo de su disputa, me pareció muy seria y con armas de verdad
Dejé atrás la tierra reseca y me acerqué al agua, tal vez allí encontrara la luz que necesitaba, siempre me habían dicho que en esas aguas y su entorno estaba el futuro, y no se veía sino niebla, apenas se divisaba el horizonte, estaba diluido, las aguas de un intenso color azulado no reflejaban el color del cielo, era todo un sueño.
Más tarde y sin ver solución a mis dudas seguí el trazado del tren, esperaba encontrar un lugar de acogida, con un amable señor tras la taquilla que me vendería un billete para el lugar deseado, de nuevo la realidad fue otra, no había ni puertas ni ventanas, ni señor amable tras la ventanilla, ni siquiera había ventanilla.
2 comentarios:
Nestor, ese mundo existe. Solo hay que buscarlos entre todas las cosas falsas que nos han vendido como necesarias e imprescindibles.
Salud y reflexion
Joaquin Cirac Garcia
Tío, estás como Marta Sánchez ( pero no de Rubia y todo esto, ¿ eh? jaajaj), y aquélla "canción" irritante de cuando era (más) niño ... ¡¡ deeesesperadaaaa !!
Paz y Poesía
___
... Shhhhh ...
Publicar un comentario