Esta mañana parece que la lluvia ha
dado un respiro, tras 48 horas ininterrumpidas, yo no recordaba
tantas horas seguidas, el sol ha hecho aparición tímidamente, las
predicciones eran más lluvia por la tarde, pero la mañana parecía
decir otra cosa, y como en Caspe la meteorología siempre, o casi
siempre acierta cuando dice “otra cosa”, las gentes salieron a
la calle con el ánimo de hacer sus compras de cara a la comida y
bebida en el Mas de la Punta.
La tarde nos reservaba otros planes,
sobre las cinco y media, cuando ya algunos estaban en faena buscando
donde acampar, las nubes procedentes del mediterráneo han dictado
sentencia.
No se si se habrá suspendido la
verbena, caso de no hacerse poco o ningún éxito puede tener con
semejante “mojadina” humedad y frío, no debería ser más que
una anécdota, en Andalucía no han podido sacar a sus santos en
procesión en Semana Santa y no ha supuesto sino unas cuantas,
muchas, lágrimas de los fieles.
Así pues los adictos al 1º de mayo a
llorar un poco, buscar alternativas y en todo caso recobrar el
espíritu de la fiesta del trabajo, no la de San José obrero, la de
la reivindicación obrera, que hoy hay mucho por reivindicar, entre
otras cosas, TRABAJO.
Porque lo de las tablas de gimnasia me
temo que no va a dar tiempo.
Hubo un tiempo, a finales de los
sesenta del siglo XX, en el que estudiantes y trabajadores se unían
en una jornada reivindicativa en Zaragoza, en los pueblos nadie se
atrevía, frente a la sede de los entonces Sindicatos Verticales, en
el entonces Paseo Marina Moreno, hacia el mediodía se concentraba la
gente, más o menos, una línea interminable de uniformes grises con
porras de más de un metro se apostaban para dar caza y palos a
quienes osaban reivindicar algo.
Fueron aquellos, años de carreras,
huelgas estudiantiles apoyadas por los trabajadores, de reuniones
clandestinas, de contar muy bien no fueras a sobrepasar el número de
cinco, que era el mínimo para considerarse reunión clandestina,
años de correr mucho y estudiar poco, no había tiempo, había una
revolución pendiente, años de rebeldía, recuerdo un compañero que
por fin fue detenido, en un bar de Zaragoza, lo feliz que fue, tuvo
sus días de gloria.
Así pasaban los días del 1º de mayo
entre 1968 y 1971, que son los que recuerdo.
Con la Nueva Democracia, la compra de
los sindicatos, el: "España Va Bien", la burbuja inmobiliaria, “los
chorizos”, los estafadores, los banqueros de jubilaciones
millonarias, el estado de bienestar, los apartamentos en la playa
para todos, la educación y sanidad universal, las becas y otras
cosas, lo de la reivindicación pasó a mejor vida, apenas cuatro
nostálgicos melenudos en 1968 y peinando canas o ni eso actualmente.
Hoy no queda nada de aquél espíritu
combativo, reivindicativo, son otros intereses, normalmente los
propios los que sacan a la calle.
También es verdad que bastantes de
aquellos, hoy están al otro lado, tras los uniformes y porras
protectoras.