JUNTO A LA TORRE DE LA IGLESIA
EMBARCANDO
Cuarenta años ya desde que Fayón quedó en sombra de lo que fue antes del embalse, la torre del reloj marca las siete y media , hora en la que se paró para no marcar nunca más el tiempo en ese pueblo que pasó de los 1600 habitantes a los apenas 400, pero los fayonenses que se quedaron empeñados en conservar su pueblo lo han conseguido, pocos pero buenos, ahí están contra viento y marea, sacando recursos de las aguas que lo ahogaron, hoy la navegación es una de sus oportunidades, y la pesca y están sacando provecho de los que casi los mata, son fuertes estas gentes y sobre todo apegados a su tierra a sus recursos a sus tradiciones y los que tuvieron que marcharse no se olvidan y vuelven siempre que tienen ocasión, como ahora por sus fiestas.
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