LA RESIDENCIA A VENIDO Y NADIE SABE COMO HA SIDO

Bien, bien, bien..., estoy contento, todo vuelve a funcionar, mejor dicho, volverá en breve, ya solo hay 4,8 millones de parados, los recortes son un mal sueño, desde hoy se suprime la palabra recorte, se sustituye por “tajá”, mucho más corta y castiza, la conflictividad es pasado, vamos que esto camina hacia una nueva España victoriosa, rica y en fiesta continua.

Los casos de corrupción van por buen camino, ahora ya se sabe cuanto se llevaron, ¡Dios mío, que alivio, me tenían en un sin vivir!.

El antiguo presidente del cuaderno azu,l que va tomando nota de las ausencias en la presentación de su libro, ¡pobré!, como diríamos en Caspe.

En este país de “nunca jamás”, dónde los brotes verdes germinan aún en plena sequía todo es posible, hasta puede que sea verdad que vamos a salir de la crisis, la cuestión es ¿cómo?.

Y ante tanta buena nueva, llega la noticia de la próxima apertura de le Residencia de Caspe, ¡válgame el cielo!, las colas pronto colapsarán la ventanilla de peticiones, entre 1200 y 1500 euros al mes, para pensiones de 631, y sin ayudas, si es que damos mucho de si.

Tras casi tres décadas, y 3,5 millones de euros gastados, aún faltan cosas por terminar, de momento unos 40.000 €, pero parece que la cosa se puede alargar hasta los 400.000.

No me ha quedado claro si esa apertura es gracias a los actuales, a los de antes, o a todos revueltos, no, no queda demasiado aclarado, todavía lleva restos de jabón, habrá que darle un poco más de agua.

25 puestos de trabajo directos, y otros, no se sabe cuantos, indirectos, serán estos últimos las funerarias, digo, porque el que entre el primer mes a la hora de pagar le va a dar, al usuario, o familiares un “tabardillo” que se va a quedar aule de por vida.

¡Señor, Señor!, ya podremos invitar a la reina Sofía para enseñarle la residencia en funcionamiento y con sus abuelitos y abuelitas disfrutando de sus últimas primaveras, si llegan.

Me encanta la gente optimista.

Y si no puede ser, ¡no pasa nada!, somos especialistas en acabar edificios que no se pueden abrir por falta de recursos, de hacer museos de puertas cerradas, y de proyectar Mega traslados, por imaginación que no quede.

Y el que quiera formar parte de la plantilla, que se apresure a formarse adecuadamente, no se vayan a llevar una desagradable sorpresa.