miércoles, 23 de octubre de 2013

PREGUNTAS DE UNA SALAMANDRA O SALAMANQUESA

Hace un par de años, o tal vez más, paseando por los campos de Caspe me encontré un sapo que me preguntó por la actualidad de esta ciudad de nuestros sufrimientos, tras pasar la sorpresa de oír hablar al sapo entablé conversación con él y le conté cosas de nuestro pueblo, ahora no recuerdo la conversación pero debió ser interesante porque la semana siguiente ahí estaba de nuevo para interrogarme otra vez.
Pasado un tiempo volví al lugar y no lo encontré, , ya dándome por vencido vi al animal en un camino, aplastado por las ruedas de un vehículo, cual si fuera un sello de correos pegado en el margen superior de un sobre.
Ahí acabó mi relación con el sapo
Esta tarde, sentado en un banco de una plaza caspolina, he vuelto a tener una experiencia con otro animal, en este caso una salamandra, se ha adherido a mi pantalón, mi primera reacción, mejor dicho la de mi contertulio ha sido sacudirla con un periódico, se ha resistido, no había forma de hacerle desistir del contacto con la ropa.
Mientras tratábamos de devolverla a su sitio me ha dicho con tono muy enfadada, ¿pero que pasa en Caspe?,¿estáis locos o qué?, doble sorpresa por mi parte, primero la de llevarla encima, segundo de nuevo la fauna caspolina habla y pregunta.
No he tenido tiempo de decirle nada ni de preguntar que es lo que quería saber, ha caído del pantalón y unos niños que estaban jugando al balón no le han dado opción, la han aplastado de un zapatazo, cogido por el rabo y tirado a una papelera.
Me hubiera gustado tener una charla más larga pero no ha sido posible, me rondan sus preguntas, ¿qué pasa en Caspe?, Y, ¿estáis locos?.

Tampoco tengo muy claro si habría sabido contestar a sus preguntas, que han sido formuladas con energía y enfado, y yo me pregunto ¿qué querría decir la salamandra?

1 comentario:

JADICA dijo...

Si los animales hablan y, es más, entienden que en Caspe estamos locos, todavía nos queda esperanza en nuestro pueblo.
Quizá en las listas electorales un día veamos a don sapo y doña salamandra.