lunes, 14 de octubre de 2013

PINTURA RUPESTRE DEL PLANO DEL PULIDO

Corría el año 1984-85, más o menos, el profesor de arqueología de la Universidad de Zaragoza Jorge Juan Eiroa, estaba en pleno trabajo en la Loma de los Brunos con un grupo de alumnos de último curso o recién licenciados.
Entre ellos dos destacados José L. Cebolla y Alberto Bachiller, leaban con romeros y lentiscos para desbrozar los túmulos de la necrópolis ibérica, los trabajos estaban adelantados.
un día apareció alguien de Caspe, probablemente un pastor, preguntando que hacían, le explicaron el trabajo que realizaban, el caspolino les dijo algo así: "pues muy cerca de aquí hay una piedra pintada, si queréis verla os acompaño", estas cosas pasan de vez en cuando, así que Eiroa Cebolla y Bachiller, emprendieron camino hacia lo desconocido, apenas unos cientos de metros, y tras salvar la dificultad del terreno, allí estaba, el ciervo, y otras figuras, en una oquedad de apenas un metro cuadrado, no podían creerlo, era en principio, a primera vista una pintura levantina, la única conocida de la provincia de Zaragoza.
Aspecto antes de la protección faraónicaeyenda
Se aprestaron a realizar los calcos, entonces se hacía así, supongo que sellar un pacto de silencio y realizar el estudio de un resto arqueológico único y de gran belleza.
Hablaron con el alcalde Mariano Gómez y decidieron darle una protección, una verja que impidiera al menos llevársela a otras comunidades, el trabajo lo realizaron los hermanos Bayo, herreros, y allí quedó protegida y en gran medida desconocida.
Más tarde Airoa por su cuenta realizó una publicación dando a conocer al mundo científico el descubrimiento.
A su catedrático, Antonio Beltrán no le sentó muy bien la cosa, él era la máxima autoridad nacional en arte prehistórico levantino, y un subordinado se lo comunicó cuando ya estaba publicado el estudio.
al poco tiempo Eiroa "emigró" a la Universidad de Murcia.
En esa misma década se realizó el primer, y único congreso internacional de "arte rupestre", Caspe fue su sede durante una semana, se reunieron catedráticos de los cinco continentes.
Un día se fue a ver la pintura, los participantes fueron la mayoría de los participantes, ponentes y alumnos.
El director de patrimonio de la UNESCO, un italiano, hombre muy corpulento y de cierta edad, también quiso ver la Pintura, lo suyo se sufrió para hacerle llegar hasta la plataforma, debía superar los cien kilos,


La oquedad que protege la pintura con su antigua verja
 se deslizó desde la parte de arriba, y no hubo ningún accidente, subirlo fue otra cuestión, pero se le devolvió sano y salvo al hotel.
Aquella obra de arte rupestre causó sensación, ya estaba protegida con la verja, verja que se abrió para observarla mejor y tras la visita se volvió a cerrar.
Con la construcción del embalse de Civán, se pensó en trasladarla, la humedad de las aguas embalsadas se creía que podía dañarla, estamos en la misma década de los ochenta del pasado siglo XX.
finalmente se optó por dejarla en su emplazamiento ya que el agua no estaba tan cerca y debido a su orientación tal vez no le afectara.
Allí sigue tan bella como al principio, tal vez algo debilitada, y es posible que mas por culpa de la contaminación atmosférica que por la humedad.
Allí sigue recibiendo una o ninguna visita al año, protegida por la discreción de su ubicación, aún con la reja que hicieron los herreros caspolinos hermanos Bayo.
Se ha dicho que la  pintura había recibido el impacto de un disparo de algún cazador descerebrado, es posible, o tal vez no, se puede saber con fotos antiguas, yo tengo de hace unos años y actuales y no parece que haya habido deterioro, pero es posible.
No obstante la pintura ha pasado durante décadas desapercibida, unido a su dificultad para acceder a ello allí sigue, deleitando a aquellos que se acercaban a verla acompañados por alguien que conocía su emplazamiento.
Digo más ar5riba que allí sigue, la pintura, otra cosa es la protección.
Hasta la fecha aquél que tuviera interés en verla se buscaba algún conocido que pudiera llevarle, y en muchos casos así era, se dejaba las rodillas en la subida, caso de intentarlo por la parte baja o la culera del pantalón si el acceso era por la parte superior, pero tras una breve escalada, de apenas unos metros podía verla, y fotografiarla, tal vez siendo optimista una docena al año.
hoy las cosas han cambiado, el acceso es asequible, solo falta el ascensor, pero antes hay que seguir las instrucciones, hacerse tras una serie de papeleos con la llave, pagar la correspondiente tasa y regresar a devolver la llave y recoger los documentos depositados.
aspecto actual tras la nueva protección
Los visitantes de antaño, dado su interés, no prtestaban de la carretra desde el cruce de la presa de Civán, veremos hoy cuando se dejen en los nuemrosos baches alguna rueda amortiguador y bajos de vehículo que dicen.
Resulta difícil de comprender como patrimonio, con lo cuidadosos que son con estas cosas, como han permitido semejante obra férrea en medio del monte, y como pueden decir que está mimetizada con el entorno.
Una cosa si es cierta ahora no hace falta que nadie lleve al visitante, es suficiente advertirle de la gran obra en hierro que envuelve a la pintura para que se percate.
Y el que no tenga llave, a diferencia de antaño no podrá verla, y tal vez se pregunte que es esa jaula en una ladera en medio de la nada.
Pero eso son conjeturas, puede que una, o dos docenas se acerquen al año pasado el momento de la curiosidad, no por ver la pintura, sino por la jaula.
una cosa cierta, el ciervo no podrá escaparse.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a esta pintura le a faltao publicidad..si no habria sido como las pinturas de altamira.. en version individual..todo el que le gusta el arte rupestre habria venido...es una pena..