viernes, 2 de agosto de 2013

FIN DE LA CITA

Unos esconden la cabeza, otros se guardan el ...............
Hay días en que a uno, o sea yo, en este caso, se le suelta la risa floja, o también la sonrisa a medio morro.
Ayer no pude resistirme, fue espontáneo cuando oí al sr presidente del gobierno en el resumen, no tuve valor para verlo en directo, decía que el sr presidente desvió la atención del sufrido pueblo con el ya famoso “Fin de la cita”, hasta twiter se desbordó con una página con esa título.
Aparte los sesudos analistas tertulianos a miles y otras especies que proliferan tanto en este país, que han realizado un análisis de lo que dijo, lo que ocultó lo que no dijo y lo que quiso decir pero no se atrevió, aparte de ellos, el ciudadano se quedó con la cantinela del “Fin de la cita” y hoy por bares tabernas y lugares de compra diarios era la frase estrella.
El sr presidente consiguió el objetivo, desviar la atención hacia el chascarrillo, y esto me recuerda en un pleno caspolino, no alejado en el tiempo, cuando la cosa se estaba poniendo “Tibante”, como se dice en Caspe, salió por la tangente y dijo algo así, “lo que crispa es el color de las cortinas”, refiriéndose a las del salón de plenos del Ayuntamiento.
Esa es la frase que quedó para el pueblo, la crispación que le producía el color rojo al concejal, y poca gente recordaba el debate, ni porqué se estaba crispando la sesión plenaria ni el porqué, el color de las cortinas ganó la partida, hoy seguramente muchos recuerdan la frase, no creo que el debate.
Fin de la cita, va a ser la frase del verano y la vamos a escuchar hasta la saciedad, no si Bárcenas engañó o dejo de engañar, no si el presidente era consciente de lo que pasaba, no el debate posterior ni las intervenciones de los distintos portavoces, en la memoria colectiva quedará el ya famoso “FIN DE LA CITA”.
Es de suponer que la cosa estaba preparada, que los asesores que prepararon la comparecencia le insistieran al presidente en utilizar la frase para desviar la atención, aunque también es muy probable que fuera él mismo el inventor de la coletilla, su socarronería y su particular sentido del humor, muy gallego, es muy probable que hiciera acto de presencia.
En resumen que el 1º de agosto será reconocido como el día del Fin de la Cita, y los parlamentarios tan contentos, con las maletas en la puerta a disfrutar de sus “merecidas” vacaciones estivales.
No es por nada, pero debe ser muy agotador eso de ser parlamentario, seis o siete horas sentados sin otra cosa que hacer que aplaudir o abuchear a la señal, o cuando el portavoz hace una pausa para provocar el apoyo de sus correligionarios.

Y colorin colorado: Fin de la cita

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