Llegamos a la quincena de las fiestas
en la comarca, Caspe, Chiprana, Fabara, Nonaspe y Maella, bajo
advocación de Santo o Virgen, Fayón así como más laica, Fiestas
de verano; y es que esta población bajo aragonesa tiene sus fiestas
patronales por San Sebastián, allá por el mes de enero, cuando los
rigores del invierno invitan al amor de la hoguera.
Fayón se dejó muchas cosas bajo el
agua del embalse de Ribarroja, tradición, el pueblo entero, Iglesia,
algunas imágenes, archivo ilusión raíces y tantas otras que
seguramente habrán olvidado o cuando menos aparcado en un rincón de
la memoria.
Un pueblo que tenía 1600 habitantes,
con una estación de ferrocarril pletórica de actividad, todo quedó
bajo las aguas en aras del progreso y del bien común.
Es posible, que de no ser así, también
la inmigración habría sido el destino de muchos fayonenses, su
economía estaba basada en gran parte en las minas de Mequinenza y ya
hemos visto su triste final, o casi, es posible, ¿porqué no?, que
hoy sus calles estuvieran plagadas de casas en ruinas y con pocos
habitantes, es posible.
Hoy tienen un pueblo lejos de la orilla
del Ebro, la estación de ferrocarril, también les cae a desmano, si
que el pueblo es amplio, de calles anchas y soleadas, limpio,
ocupado, por cuatrocientos habitantes.
¿Porqué me ha salido Fayón a
colación?, ¡si, por las fiestas de verano!, al ser sus patronales
en invierno quedaban restringidas prácticamente a los actuales
habitantes, muchos de la diáspora pidieron al Ayuntamiento unas
fiestas en agosto para así poder venir y recordar aquellos años
infantiles y juveniles, cuando las disfrutaban a orillas del Ebro, y
así se hizo, se instauraron estas de principio de mes, sin
advocaciones patronales, sin reinas ni damas , simplemente con lo
necesario para disfrutar de unos días de fiesta al amor del calor
veraniego.
En Fayón ya son historia, en Maella
celebran a San Lorenzo, San Esteban y Santa Susana, no quede por
santoral, Caspe, Chiprana y Fabara comparten al santo Roque, el que
debe tener más pueblos bajo su advocación patronal, y comparten los
días centrales del mes de agosto, Nonaspe optó por ponerse bajo la
protección de San Agustín y la Virgen de las dos Aguas, en la
última semana de agosto, y así pasado el mes octavo del calendario
cumplidas las formalidades patronales de nuevo al tajo.
Que llegará septiembre, en breve, y
con la resaca de los botellones festivos veremos como se aborda los
conflictos caspolinos, algún día alguien de la justicia dirá algo
sobre el tema de La Herradura, sobre esas presuntas, está por ver
que dicen los jueces, irregularidades, que tanto han perjudicado a
Caspe, a decir de los denunciantes, el Hotel Latorre, ruina, hoy, en
el centro del casco urbano, estado lamentable y que dice poco a
favor, de la Residencia, o lo que llegue a ser, y del Centro de Día,
con una curiosidad añadida, nadie se atreve a tirar de la manta, esa
obra tiene “gafe”, desde 1991 en que se inició , nadie ha sido
capaz de ponerla en marcha, amueblada, equipada, y ¿ahora qué
falta?, nadie da una explicación coherente, ni creíble, ¡una
pena!.
En cuanto a los de antes, y los de
ahora, siguen la tradición caspolina, ¡y tu más!, tanto que el
ciudadano está perdiendo el interés por lo que hagan o puedan
hacer, unos y otros.
Los efectos perniciosos, para unos, y
beneficiosos, para otros, se están diluyendo como el vino y la
gaseosa que de momento tiene muchas burbujas y al poco tiempo se
“esbafa” y queda un sabor anodino en el que las dos bebidas
pierden su personalidad para derivar en otra que acaba por el
fregadero.
Así van discurriendo los días,
lentamente, como corresponde a un clima, que en verano, invita más a
la siesta que al trabajo
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