domingo, 24 de marzo de 2013

¡COSAS DEL CARGO!


Ayer fui, como cada año, al pregón de Semana Santa, el cardenal emérito de Barcelona, Ricard Mª Carles fue el encargado de abrir los actos oficiales de la semana Santa caspolina.
Es la primera vez que un cardenal pregona en Caspe, aunque no es la primera vez que el cardenal de Barcelona nos visita, ya lo hizo con motivo de las Jornadas de Lignum Crucis el pasado verano.
Como cada año la organización impecable, la música emotiva y muy bien interpretada por los Conte, padre e hijo, el desfile preciso y precioso.
Lo normal que se convierte en excepcional por la buena organización de la coordinadora de cofradías de Caspe.
Solo un detalle que tal vez pasó inadvertido, la presencia de la corporación, escasa y deslabazada, la alcaldesa acompañando al pregonero, un concejal del PAR y otro del CPC, en un rincón del banco en primera fila y los del PSOE, tres, al lado contrario, puestos allí como quien pone un jarrón de flores sin poner demasiado empeño.
No se si fueron invitados, los concejales, todos, o fueron de motu proprio, si es este el caso, no deberían haber estado siquiera en primera fila, ninguno, tendrían que haber compartido con el pueblo el estar en pie, y si fueron invitados, pues eso, se salían un tanto de la buena organización.
Normalmente se invita al alcalde, en la mayoría de los casos con la petición de que este haga extensiva la invitación al resto de la corporación.
Tampoco se si fue así o solo se invitó a la alcaldesa, caso de ser la invitación también para el resto de la corporación, quedó muy pobre la presencia, faltaron unos cuantos, muy mal, cuando se recibe una invitación, y se ejerce un cargo público se debe asistir, hay que tener en cuenta que se representa a los ciudadanos, si solo se invitó a la alcaldesa, entonces la cosa cambia, es ella y nadie más quien debe estar en lugar destacado, el resto a la grada.
Habrá que tener en cuenta un poco ese protocolo que parece que no sirve para nada pero que es necesario en el momento en el que se está representando a toda, o casi toda la ciudadanía.
Son cosas que no tienen mayor importancia, a la mayoría les importa “un bledo” este tipo de normas, y es respetable, otra cosa es los representantes políticos, ellos si están obligados a cumplir con una serie de normas, aunque no les guste, que no es cosa solo de mandar, alguna molestia hay que sufrir, cumplir con las invitaciones es posible que sea una de ellas, aquí no vale que no cuadre con la agenda propia, y aunque sea fin de semana, cosas del cargo.

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