pradera a orillas del Guadalope en el entorno del Azud de Rimer |
En varios puntos de una hermosa pradera había una buena cantidad de cartuchos vacíos.
No imagino al cazador acorralado por las tordas y disparando a diestro y siniestro para defenderse de tan abigarrado enemigo, tanto que en su huída para ponerse a salvo no tuvo tiempo de recoger la muestra de su hazaña, el muy marrano.
La consecuencia será, que durante años, esos cartuchos vacíos permanecerán "adornando" un bello lugar.
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