domingo, 23 de agosto de 2009

PARA SUBIR AL CIELO UNA ESCALERA GRANDE Y OTRA CHIQUITA

http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/localidades?l=50222

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La imagen está en B/N para que cada uno le ponga el color que quiera

Andaba por la calle Mayor este fin de semana y se me hizo ver la perspectiva de las nuevas escaleras que ascienden o descienden a los jardines de Sagrado Corazón, nueva perspectiva eso si me dijeron empañada por el ciprés de la izquierda o derecha según se ascienda o descienda, queda desequilibrado impide la visión correcta del monumento, así que o bien plantamos otro o quitamos el que hay y dejamos una vista en toda su magnitud.
La verdad es que hacía calor mucho calor y no estaba la cosa para tomar posición a la ligera ni a la primera de cambio, y aún ahora tras varias visitas al lugar casi no me atrevo a hacerlo.
La escalera, a unos  gusta y a otros no, pero nadie protesta o defiende el diseño,  así que, por omisión debe estar bien.
La barandilla y barandillas de acero inoxidable en jardín y escalera, lo mismo, a unos gusta a otros no y a la mayoría les trae sin cuidado.
Que un entorno del siglo XV, el único que tenemos para enseñar se plantaran en su día palmeras al más puro estilo Ibicenco tampoco suscitó en su día la más mínima opinión, y ahora que las tenemos grandecitas ya están bien, además soportaron muy bien la gran helada de 2001 y resurgieron de sus cenizas será que deben estar donde están.
Ahora, una encaladita  en blanco inmaculado a la Colegiata le sentaría de maravilla, podríamos presumir del más puro estilo mediterráneo, ya tenemos la plaza España,  estilo mediterráneo de Alicante, la calle mayor mediterráneo indeterminado con pinceladas aragonesas, por la piedra de Calatorao,¡ lástima que no funcionen las luces y no se instalaran los toldos!.
Ahora escalera con barandilla divisoria en material de última tecnología, acero inoxidable, así nos ahorramos el mantenimiento, y además la división nos permite subir o bajar siempre por la mano que más se ajuste a nuestras preferencias, por aclarar, izquierda o derecha, y los del centro siempre se pueden deslizar “culo” pegado a la barandilla y a toda velocidad, sin freno y con posible estrellada al final del trayecto.
Sigamos con “la perspectiva”, el pueblo llano no estamos todavía capacitados para opinar, hay que saber antes la opinión de “sabios y políticos”, ellos deben darnos la clave de todo y nosotros desde nuestra ignorancia  “aplaudir” que es la misión de los ciudadanos “corrientes”, si que es verdad que podemos aplaudir entre dos o más tendencias u opiniones, de la misma forma que podemos optar por subir o bajar la escalera apoyados firmemente sobre la mano que más seguridad nos ofrezca.
Sigamos con nuestra “acrópolis” como la han calificado multitud de sesudos profesores de universidad, Colegiata-Castillo-Convento, quedar lo que es quedar solo queda la “ACRO” es decir, la Colegiata, el resto forma parte de la memoria de los que la vieron estén donde estén, a nosotros nos queda el dibujo y algún esbozo de fotografía.
¡Y qué más da!, si nadie va a protestar de nada, al menos en lugar apropiado y dando el nombre, aunque tampoco me extraña en demasía.
Iglesia pintada de inmaculado blanco, escalera y barandilla de acero inoxidable, calle mayor mediterránea Plaza España lo mismo, palmeras adornando la vista de la colegiata, el más puro estilo de” la mar salada”, ya solo nos faltarán los inversores que quieran hacer de estas tierras un gran “complejo turístico”.

4 comentarios:

Joaquin Cirac Garcia dijo...

Si yo fuera el ciprés me "echaría" a temblar. Que hable con "los del Muro".

Salud y reflexión

Anónimo dijo...

Como bien das a entender, para gustos están los colores, pero "cascar" esa barandilla en un entorno medieval me parece, como poco, atrevido.
Para mi, que era lo mas rápido (para terminar antes de las fiestas) o lo mas barato.

"Los pequeños detalles son los que definen las grandes obras"......

Saludos
Masatrigos

Anónimo dijo...

Me atrevo a poner el texto de mi columna en LaCOMARCA relacionada con el asunto de las escaleras y su entorno.

ESCALINATAS

Hay ciudades conocidas por sus escalinatas. Por una u otra causa se han hecho populares a través del cine, como las de la ciudad rusa de Odessa, famosas por una dramática secuencia de “El acorazado Potemkim”, o las de la romana Plaza de España, por su reiterada aparición en películas. Las escaleras tienen siempre algo de misterio, pues nos hacen posible el ascender y descender. Incluso tienen su ironía, cuando se habla de escaleras para subir o para bajar, y siempre realzan, desde las de la Catedral de Gerona a las del parisino Sacre Coeur.
En Caspe, en que su casco urbano trepa por varias colinas (“como en Roma”, le gusta recordar a Miguel Caballú) son abundantes, por necesarias, las escaleras, escaleretas y escalinatas, formas de comunicar las diferentes terrazas del terreno cuando las cuestas y costeras lo hacen imposible y son insuficientes.
La escalinata caspolina por antonomasia es la que se diseñó como acceso a la colegiata desde la calle Mayor, para mayor lucimiento del Concejo cuando se desplaza de su sede en la Plaza Mayor hasta la Iglesia. Creo que fue fruto de diversas, y ya tardías, reformas sucesivas (como sigue ocurriendo en Caspe con las obras públicas, casando necesidades con momentos de bonanza), si observamos como aparece en las diversas fotografías antiguas conservadas.
Al final adoptó el solemne y agradable aspecto que hoy, y aunque envejecida y necesitada de una completa restauración, presenta.
Junto a ésta escalinata se construyeron, cuando se hicieron los Jardines del Corazón de Jesús, supongo que ya a principios del siglo XX, las escaleras que acaban de ser reformadas, con eje marcado por la calle Mayor y el monumento al Sagrado Corazón, que a mi entender han sido bien reformadas, ellas y sus aditamentos.
Pero como cada español lleva dentro un crítico, ya he oído variadas opiniones sobre la reforma: que si la piedra se ve muy blanca (cosa normal si son nuevas y se comparan con otras envejecidas e incluso calcinadas), que si el pasamanos y las barandillas no entonan por su material, o que si estas son peligrosas, por su diseño, para los niños.
Lo único que si veo de todo ello es que las barandillas pueden dejar pasar por debajo el cuerpo de un niño de guardería, y por tanto habrá que tener cuidado con ellos, como en todo lugar que no sea preparado “ad hoc” para esas tempranas edades, si se visita el jardín en su compañía.
Salvado esto, creo que la reforma realza los jardines y mejora lo que había. Y me atrevo a dar una sugerencia: se podría plantar un ciprés en el espacio que queda a la izquierda, según se mira desde la balconada a la Plaza de la Virgen. Ya lo hubo, y creo que definía el espacio-paisaje de forma perfecta


Alejo Lorén.

Anónimo dijo...

Antes de que se me haga notar, quiero precisar que la ciudad de Odessa u Odesa, con puerto en el Mar negro, está en Ucrania, no en Rusia.
Pero cuando los hechos ocurridos en su puerto en el Acorazado Potemkin, era una república integrada en la Unión Soviética. Y antes considerada dentro de la "Gran Rusia" zarista.

Alejo Loren