último modelo de tren para circular por la línea de Caspe |
Otro día de verano, un poco más
caluroso si cabe, tal vez el más, estamos en verano y suele hacer
calor, lo malo serían estas temperaturas en diciembre o enero,
mientras se den en julio es que todo marcha más o menos como debe.
En verano el estío se convierte en
hastío se deja pasar los días y la siesta es el objetivo, de ahí
que en los países sin siesta hayan avanzado un poco más, el frío
estimula el pensamiento, el calor las ganas de beber cerveza y
descansar a la sombra fresquita en cualquier orilla de río o en su
defecto en habitación climatizada.
No se tienen ganas ni de pelear por
buenas causas, quien más quien menos hoy está pensando en que
dentro de seis días empiezan sus vacaciones mientras otros tienen el
mismo plazo para finalizarlas, así que los unos por los otros la
casa sin barrer.
Son las siete de la tarde y todavía el
sol cae de justicia, ayer nos acostamos con una terrible noticia, y
nos hemos levantado con una evaluación de la desgracia mucho mayor,
ochenta personas han perdido la vida, impudencia, mala conservación
de la red ferroviaria, falta de medidas de seguridad, por aquello del
ahorro, ¿quien sabe?, el resultado es lo terrible, ochenta personas
se han dejado la vida llegando a Santiago, seguro que algunos con el
objetivo de pasar el día del santo en sus calles y monumentos, tal
vez para ver el botafumeiro que nunca llegarán a ver o pasar por
detrás del santo por curiosidad o para pedir alguna ayuda divina, no
llegaron, se quedaron a tres kilómetros de su destino.
Esta mañana he estado en la estación
de Caspe, esperando la llegada del tren que viene de Barcelona y
tiene como destino final Madrid, su hora de llegada eran las 12.24,
entraba en la estación de Caspe a las 12.56, lo malo de esto no es
que hoy haya llegado con retraso, es que lo hace a diario desde que
se inició la amenaza de la desaparición de algunos trenes en la
zona.
Hay algo curioso, los problemas están
en el tramo entre Ribarroja y Fayón, en la zonas de mayor
concentración de túneles, curioso, entre el último pueblo catalán
y primero aragonés, según en el sentido que se circule.
En este tramo parece que las medidas de
seguridad no son las óptimas, antes si lo eran, y así que el convoy
circula a escasos 5 Km/h en el interior del túnel, incluso se para,
resultado, retrasos entre 20 y 50 minutos, y los viajeros echando las
muelas, y los que esperan para coger el tren mirando el reloj por si
llegarán a tiempo para las gestiones para las que se desplazan.
Eso si, una voz anodina, metálica,
anuncia por megafonía cada cinco minutos que el tren viene con
retraso, y cada mensaje amplía el retraso de llegada, en la sala de
espera conformidad, resignación, “¡ya llegará!”, se dicen los
unos a los otros.
Una docena de viajeros esperan tomar el
tren, y esperan que hoy esté limpio, al parecer, especialmente los
baños dejan mucho que desear, el viajero entra en el baño y sale a
continuación sin hacer uso del mismo, al fin es poco más de una
hora y media, lo malo es para el que va a Madrid, ese tendrá que
aguantar un poco más.
Es posible que esta sea la forma de
quitar el servicio, cuando la gente harta deje de utilizar el tren
como medio de desplazarse, procedentes de Barcelona llegaban ocho
viajeros, una de ellas indignada: “voy a pedir que me devuelvan el
dinero del billete, si no cumplen no tengo porqué cumplir yo”, y
se dirige a taquilla con gesto airado.
El resto no dice nada, han llegado los
unos y han partido los otros, cada uno sigue su camino, los más
dicen: ¡y que dure!.
La vida sigue, el calor aumenta, el mes
de julio se nos escapa, agosto está en el punto de mira, la playa,
la montaña, el caribe, las islas del índico, EEUU, una vuelta por
las ciudades imperiales europeas, los mares del sur, objetivos
vacacionales, unos pocos, el resto fresquitos en casa y como mucho
Peñíscola y Salou.
Y en septiembre curso nuevo, unos
avanzando, otros a repetir, otros abandonar.
“La vida sigue igual........”
que cantaba Julio Iglesias