domingo, 26 de julio de 2009

FAYOÓN RECREA EL INICIO DE LA BATALLA DEL EBRO

http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/localidades?l=50222 Esta fue la recreación del inicio de la batalla del Ebro que ayer se representó en Fayón, destaca como los actores viven la experiencia, se lo toman en serio cual si se estuviera rodando una película sobre el tema, y es que casi es eso, no creo que haya mucha diferencia cuando se aborda el rodaje de una batalla en el seno de una película sobre la guerra Civil Española, y hay muestras, ¿qué diferencia puede haber entre la batalla de "Libertarias" filmada hace unos años o las situaciones de ¡Ay Carmela!, al fin y a l postre recreear una situación dramática de la convulsa historia de este pais.
está bien o está mal, a tenor por la cantidad de público que ayer fue testigo de la representación tam`poco debe estar tan mal, además si en su día gue trágico para fayón porqué ahora no pueden resarcirse mínimamente dando a conocer "in situ" su pueblo y ayer Fayón estaba a rebosar, tanto el pueblo como el lugar de la representación, y a buen seguro se dejaron una buena cantidad de euros que vienen a aliviar la economía de sus gentes.
Uniformes de la època, vehículos, aviones armas banderas y estandartes, la caballería que corría por aquellos campos agostados por el calor, escasa la sombra, polvo calor y la sensación de estar en una batalla cualquiera cual si fuera la CNN para después relatar y dar a conocer las imágenes, tras la línea de seguridad, y hacía falta porque caballos y "caballistas", andaban casi desbocados por aquellos campos persiguiendo a no se quien porque dudo mucho que tuvieran claro quien eran los unos y los otros.
No se, ni tampoco me importa mucho, no es un tema que me apasione, y mucho menos teniendo en cuenta que se dieron de mamporrazos hermanos conrtra hermanos, vecinos contra vecinos, si en realidad los que participaron en los acontecimientos tenían muy claro con quien estaban y a quien disparaban, solo, seguramente una linea trazada imaginaria los separaba, es posible que en ocasiones hasta no dispararan, el final de la representación de alguna forma daba esa sensación, ejércitos a la sombra buscando el fresco de la misma y si era posible algo de líquido, bajo unos almendros y olivos calcinados por el sol, testigos mudos de una batalla que no era sino una representación de algo que todavía permanece en la memoria de los que vivieron aquellas trágicas jornadas, la mayor parte eran unos niños, o civiles que sufrieron la batalla de otra forma.
No se ni pienso plantearme si está bien o mal que se hagan estas cosas, pero tampoco está de más recordar lo que sucedió de una forma gráfica, y en vivo pero sin muertos ni lesionados, que no todo han de ser sesudos trabajos documentados y científicos de sesudos profesores que lo único que hacen es desgranar documentos de la época y con un poco de suerte contar con el testimonio en muchos casos ya desdibujado por efectos de la lejanía y la edad.
Sigo diciendo que no se si esbueno o malo, pero no será muy diferente de un película que recree una de esas batallas o de la Segunda Guerra mundial o de la del Golfo.
deberíamos tomar las cosas como son, como una recreación mas o menos folclórica de una parte de nuestra historia más reciente.

2 comentarios:

Joaquin Cirac Garcia dijo...

Todavía recuerdo la primera vez que visité el espacio físico donde se desarrolló una de las batallas más terribles de una guerra también terrible.
En mi imaginario infantil los nombres de Pandols y Cavalls ocupaban un lugar junto a otros espacios donde se desarrollaban las aventuras de algunos de mis héroes favoritos.
Mi madre, enfermera en el Hospital de Santo Domingo, y mi tio, de la quinta del biberón, en aquella batalla habían hablado muchas veces de aquellas escenas, una en el hospital y otro en el frente, que nunca iban a poder olvidar.
Por eso cuando, de repente, un día unos amigos de la familia, del bando ganador porque mi familia era de derechas, me propusieron que les acompañara a visitar aquellos lugares no lo dude un instante.
Dada su ideología fueron directamente al puesto de mando de Franco. El día, primeros de Octubre, era brumoso y triste. Contemplando aquellas montañas, que entonces me parecían infinitamente más grandes que hoy, sentía como un nudo en el estomago y quería imaginar en aquel silencio las descargas de los fusiles, el monótono sonar de las ametralladores, el zumbido de los aviones y el fragor de la artillería tal como se lo había oído comentar a mi tío.
Pero no lo conseguía. El silencio persistía. Silencio que de alguna manera recordaba al de los cementerios. Los grandes cementerios bajo la luna como escribió George Bernanos.
Muchas han sido las veces que luego he visitado esas sierras. Se creó en Gandesa el Museo de la Batalla del Ebro y nos acercó a la parte más personal de aquellos que allí lucharon y murieron. De repente teníamos ante nuestros ojos la última carta recibida. O la última que ya no llegaron a enviar. Podíamos ver gafas, lápices, mecheros, maquinas de afeitar… una serie de objetos personales que habían formado parte de la vida cotidiana de aquellos hombres enfrentados entre sí sin que muchos supieran por qué. Mi tío con sus diecisiete años no lo sabía. El solo sabía de trabajar duramente en el campo que mi familia llevaba trabajando desde hacía dos generaciones.
Ya no eran simplemente cifras de un parte de guerra. Y desde entonces todavía contemplo con más respeto aquellos lugares recordando a todos los que allí murieron muchos de ellos todavía yacen allí.
Por eso, y dentro de mi rechazo general a determinadas recreaciones, la recreación del Paso del Ebro en Fayon me produce una cierta “náusea”. Contemplar a un grupo de “friques” jugando a los soldaditos en aras de potenciar un negocio actualmente en auge me irrita.
Es algo que me pasa también con las exhumaciones de cadáveres de la guerra civil. Contemplar como limpian huesos con una escobita me resulta patético. Personalmente a mi me hubiera gustado, de haber sido víctima, que hubieran identificado el lugar pero que me hubieran dejado tranquilo. Seguro que ya estaría acostumbrado. Y total ¿para qué? Para que te lleven a un cementerio y te coloquen en uno de esos “adosados” que llena sus paredes y te traigan flores, mayormente de plástico, en Semana Santa y Todos los Santos. Y ya es el colmo cuando, además, ese traslado se hace acompañado por un cura cuando los muertos nos han dicho que eran anarquistas. De verdad que por un momento espero que alcen su voz desde las “cajas” para gritar “basta ya”.
Y cuando veo estas imágenes de la recreación de Fayon me vienen a la cabeza aquellas películas de mi infancia donde algún grupo de “petrimetres” vulneraban el venerable sueño de caballeros templarios y estos volvían de sus tumbas para vengar tamaña osadía.
Quizá espero que, como aquellos caballeros templarios, republicanos y nacionales, juntos esta vez, se levanten y arrojen al padre Ebro a todos esos “frikis” que a caballo y a pié patena el terreno en el que descansan.
Que sigan haciéndolo pero permitidme manifestar mi desagrado.

Salud y reflexión

la cabra dijo...

que sean dos

yo tambien manifiesto mi desagrado por esa manifestacion cultural de medio pelo.

viva lister y el frente de teruel