domingo, 5 de febrero de 2012

POR MUY RICOS QUE SEAN, TAMBIÉN MORIRÁN


Por fin llegó el frío, necesario para que las dulces frutas del verano lleguen a cuajar, necesario para controlar plagas de insectos y otros bichos que de no tener frío suficiente pueden proliferar descontroladamente en verano.
            Llegados a este punto, me gusta el invierno porque hace que te encierres más horas y puedas pensar y crear más que en las tórridas jornadas veraniegas.
El problema surge en que también hay más tiempo para pensar y decir tonterías, en foros blog webs y demás en verano están con menos actividad, por tanto se dicen menos tonterías, porque mira que se llegan a decir en invierno.
La piscina, la playa, el velador, las fiestas, actúan como un anestésico y hace que aquellos que en época invernal se muestran activamente batalladores, revolucionarios, que quieren cambiar el mundo, que creen hasta tener la solución a los problemas, en verano se atolondran en la playa, ante una cervecita fresca o fría, las noches veraniegas dejan de apresar a los revolucionarios y les dan fiesta hasta los primeros fríos.
Aún así, me gusta el invierno, con sus foros encendidos que dan calor, con sus comentarios quejosos de todo, aunque no entiendo muy bien el porqué solo se quejan y no aportan ni la más leve idea para tratar de buscar soluciones, ¡qué fácil es decir lo que está mal sin aportar idea alguna para solucionarlo!.
Bueno, el ser rey de la creación, el hombre y la mujer, es así, y mientras unos pocos  está sonriendo de nuestras peleas siguen amasando fortunas, mientras sigamos así, nada les preocupa, saben que nos tienen ocupados en lo que para ellos son menudencias, porque el dinero, la ambición, el acumular riqueza, no tiene color político, pero es necesario mantener esa idea de la diestra y la zurda para que ellos, muy pocos sigan manejando los hilos de, esta especie dominadora del planeta tierra.
No me importa demasiado, si no son unos serán otros y siempre habrá una élite apasionada por el poder de controlar a todo el mundo dispuestos a ocupar el puesto que deja vacante, el que se muere o el que deja de estar bien posicionado.
Y me satisface plenamente saber que van a morir como cualquiera, que no van a estar más de lo preciso en este mundo y que el dinero, vayan donde vayan no les servirá para nada, cómo disfruto pensando en el tormento que debe suponer para ellos y ellas, saber que son mortales, que se van a ir como vinieron, desnudos, y los gusanos darán buena cuenta de estas gentes que efímeramente creyeron ser dioses.

1 comentario:

Silvia R. dijo...

Así es, Nestor. Los ricos también se acaban muriendo cuando llega su hora. Por dinero, no será. Y en el tiempo que les toca vivir, también lloran como todos, aunque sus penas con pan, sean menos penas.